El optimismo: es una falla del cerebro segun los cientificos Alemanes

 Decir si el optimismo es algo bueno o malo para el hombre es relativo, pero es un hecho que tendemos a creer (o querer ver) que las cosas son mejor que lo que en realidad son o que las cosas negativas no nos ocurrirán a nosotros. Pero la verdad es que no es así, y un nuevo estudio sostiene que la tendencia a ser positivos es culpa de nuestro cerebro.

Muchas veces no diferenciamos en lo que creemos o sabemos, en la practica de sabe cuando se esta en el presente ante el hecho y nada lo ha cambiado, a diferencia del creer que sigue igual el hecho y que nada lo ha cambiado.
Ser equilibrados propone una forma razonable y consecuente, seria como los ahorros familiar para tiempo de crisis.

Esta actitud puede ser nociva según un grupo de neurocientíficos ingleses y alemanes- en todo ámbito de decisiones en la vida y el origen se encuentra en los centros cerebrales involucrados en el procesamiento de errores. Entonces los investigadores resolvieron estudiar el hecho a través de la imagen por resonancia magnética funcional (IRMf).

El optimismo es una forma de estimular la mejora individual, pero se tiene que estar preparado para un si o un no.
Para analizar el optimismo, examinaron la manera en que la gente subestima el impacto o posibilidad de eventos negativos a futuro simplemente porque “no puede ocurrirme a mi” y sus implicancias en cómo se protegen a ellos mismos.

Los experimentos realizados por cientificos del Wellcome Trust Centre de Neuroimagenología de la University College de Londres, la Universidad Libre de Berlín y laUniversidad Humboldt de Berlín, presentó a los participantes un listado de 80 eventos negativos de la vida (como contraer Alzheimer, ser despedido o se engañado por la pareja). Se les pidió calificar cuán probable sería que les ocurrieran dichos aconteceres y luego se les informó las posibilidades reales de sufrirlas. Luego se les volvía a consultar sus propias probabilidades de experimentar los eventos y durante todas las pruebas se les monitoreó la actividad cerebral.

Los resultados arrojaron que la gente es mucho más proclive a cambiar sus estimaciones al saber que era menos probable que les ocurran estos males, pero -por el contrario- cuando se trata de estimaciones mucho peor a las esperadas, los participantes seguían entregando la misma valoración errada del principio. Como si tuvieran la seguridad de que se trata de algo que jamás les ocurrirá.

“Nuestras conclusiones sugieren que esta propensión de humana hacia el optimismo se facilita mediante el fracaso del cerebro para codificar errores de estimación cuando ellos apuntan a actualizaciones pesimistas”, explicaron los autores en la publicación online de Nature Neuroscience.

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