Ultrasonido, contaminación mata a los Delfines, la negligencia humana y codicia por combustibles fósil.

Los delfines se llevan bien con los seres humanos porque tienen personalidad, carácter y estados de ánimo. También disponen de una alta capacidad cerebral, que les permite recordar hechos, reaccionar a estímulos y aprender conductas. Se comunican a través de vocalizaciones y de ondas sonoras de ultrasonidos.
Muchos poseen jerarquía social, con un líder, y suelen moverse en grupos, en los que los machos van en las afueras, y las hembras las crías en el medio. Son muy curiosos con las embarcaciones, a las que en ocasiones acompañan durante dos horas. Los pequeños son los más juguetones. En algunos casos cuentan con una nodriza, que se ubica debajo de la parturienta, para recibir e impulsar hacia arriba a la cría para que respire. Tiene un período de gestación de 12 meses y pueden llegar a vivir 40 años.
 Las causas de los varamientos pueden ser, entre otras, las siguientes:

Contaminación por metales, aguas de cloaca, químicos, etc.
Traumatismos (lesiones con anzuelos, envueltos en redes).
Estrés generado, por ejemplo, al quedar atrapados.
Infecciones. Por ejemplo por morbilivirus
Desorientación o malestar del líder. La manada sigue a su jefe, y pueden sucumbir con él.
 Enfermedades como problemas circulatorios, dificultad respiratoria, deshidratación.
Cambios de temperatura. El enfriamiento o el sobrecalentamiento del mar los afecta.
Aproximación a aguas someras en combinación con amplias mareas.
Fallos en la recepción del eco del sistema biosonar.
Los especialistas veterinarios que han estudiado y recogido muestras de centenares de cadáveres coinciden en que buena parte de las muertes son atribuibles a la elevada contaminación de las aguas costeras. Esta se debe especialmente a productos químicos tóxicos, que producen un debilitamiento del sistema inmunológico de los individuos dejándolos expuestos a infecciones secundarias y al ataque de distintos tipos de virus.
Una de las causas a las que se le da cada vez más importancia es la  contaminación acústica de las masas de agua causada entre otros por los sonares militares. De hecho no existe ningún lugar del mundo que no esté contaminado acústicamente.
En Piara se viene escuchando y hasta explosiones se practican en el mar peruano en busca de combustible fósil, sin interesarles la vida de otras especies como los delfines, con esta forma de busqueda en el fondo marino muchos de los cuales acaban muriendo a causa de la sordera.
El ruido que producen tanto los barcos como otras fuentes artificiales, como los radares o las prospecciones petroleras, están provocando una pérdida de la capacidad auditiva de estos animales, lo que les impide algo tan esencial para su supervivencia como es el hecho de comunicarse entre ellos.
Esta disminución auditiva tiene otros efectos aún más fatídicos, ya que la sordera, causada por la exposición continua a ruidos excesivos, provoca que muchos cetáceos sean incapaces de captar los sonidos de baja frecuencia que emiten los buques y no puedan esquivarlos.
 

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