"Quien tiene la información tiene el poder" (Parte II)


Desde hace muchos años se a escuchado y leído la frase "Quien tiene la información tiene el poder",
Si “La información es poder” - pensamiento que algunos atribuyen a Francis Bacon-  quien  tiene el sartén por el mango no es quien sabe donde encontrar determinado dato, antecedente, fuente o material, sino más bien quien sabe cómo usar aquello que encontró.
Sabemos que los estudiantes técnico o universitario necesitan valerse de varias herramientas para procesar, depurar, analizar y validar la gran cantidad de fuentes de información que tienen a su disposición.
Sin embargo, tras el proceso educativo: ¿qué nos depara el destino?, ¿de qué podemos valernos para seguir aprendiendo?. Y lo que es más complejo, si no hemos recibido la formación adecuada para el desarrollo de nuestras habilidades informacionales:
¿qué pasa si no tenemos clara esa laguna en nuestra formación?.
Es por ello que las universidades se han convertido para muchos en una INDUSTRIA DE SERVICIOS.En teoría, al titularse de pre o post grado, una persona debiese tener completamente desarrolladas las competencias básicas para valerse en su profesión para la vida misma.
Además del conocimiento técnico y metodológico propio de su campo, debería tener un buen nivel de
comprensión de lectura, una buena capacidad para escribir y verbalizar lo que quiere comunicar, y debería ser capaz de ser rápido, eficiente y perspicaz a la hora de buscar información.
Donde la teoría no muera en el olvido sino que se quede en la practica de la propia vida con el buen uso de las herramientas.

en el caso de la infoalfabetización para personas adultas, quienes ya están desempeñando alguna función en el sector terciario de la economía. Es este el caso de los titulados que pasaron por agua caliente, donde no saben lo que leen y escriben y como resultado se resumen en interpretadores de acuerdo a lo que ven escuchan,  entonces tenemos individuos con creencias enfrascadas. resueltas en creencias mas no en razones, es por ello que las personas les cuesta razonar, prefieren seguir con sus tradiciones, creencias, reglas, jeraquias y territoriales, donde estas 2 últimas son características de los MAMIFEROS al cual pertenecemos.
Es por ello cuando somos adultos debemos esforzarnos por valernos en un medio cada vez más efervescente en cuanto a volumen de información se refiere, con un entorno laboral complejo, y donde las habilidades que tengamos para autoinstruirnos y comunicarnos son cada vez más valoradas: ¿no debería existir, al menos, un crecimiento de la conciencia de parte de los dueños de empresas y compañías que se esfuerzan por ser cada vez más competitivas respecto a los valores y desarrollar estas destrezas en su cuerpo laboral?. Si ya tenemos conciencia de la importancia  del capital humano, ¿no debería hacerse extensivo esto hacia la infoalfabetización?.
Y los dueños de universidades e institutos colegios particulares siguen felices con sistema basado en reglas y no en valores, un sistema individual, egoista y materialista, con ideologías que fueron , son y serán sub culturas, porque necesitan (Dinero, Trabajo y competencia).

Aristóteles afirmaba que el hombre esta hecho para la ciencia de afirmaciones necesarias. Trata de explicar esta postura en una dirección distinta ala de Platón, ya que este coloca la autentica realidad en un mundo distinto al mundo en el que vivimos.
Para Aristóteles lo real solo se puede explicar admitiendo una unión intima entre la idea y la materia física. La idea trascendente de Platón, el “eidos”, se convierte en forma inmanente junto con la materia, una sustancia, “ousía” que según Aristóteles son las realidades concretas. A este pensamiento Aristóteles lo llamó Teoría Hilemórfica.

Todas las cosas, tanto los seres naturales como los artificiales están construidos por dos principios: la materia, “hylé”, y la forma, “morphé”.
Finalmente cada  actividad, según Aristóteles, tiende a un fin que es su bien. El bien supremo, el fin último del hombre es la felicidad, “eudaimonía”, puesto que la felicidad se busca por sí misma.

Y, como ya afirmaba Benjamín Franklin, "...invertir en conocimientos produce siempre los mejores intereses".



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